Ermita de Nuestra Señora del Castillo
Junto al Torreón, en una explanada del Alto de los moros, se encuentra la Basílica de Nuestra Señora del Castillo. Esta ermita, construida en siglo XVII, es el lugar de las celebraciones religiosas de los mirandeses en sus fiestas patronales.
Poco se sabe de la construcción original, en la misma localización que la actual. Según una leyenda, de dudosa veracidad, fue erigida en conmemoración de la victoria sobre los musulmanes, sin tener más noticia de ella ni haberse conservado restos o documentos que lo corroboren.
Por iniciativa de los patronos de la parroquia de Miranda, se construyó, sobre las ruinas del edificio original, la actual basílica, durante el último tercio del siglo XVII. Debido a su localización, en un alto y separada del núcleo urbano, su mantenimiento y conservación siempre ha sido problemáticas, por lo que ha sufrido numerosas obras de reconstrucción. Al exterior, se presenta austera con paredes de mampostería y una casa adosada.
Sin embargo en el interior, luce las formas arquitectónicas y decorativas propias del siglo XVII, como la cúpula sobre pechinas rematada por linterna. Además cuenta con un retablo mayor del primer Barroco, ejecutado a finales del siglo, que se adapta perfectamente a la forma del arco de la cabecera.